26.7.08

MANUSCRITOS DE ECONOMÍA Y FILOSOFÍA II:

SOCIEDAD

Karl Heinrich Marx


La idea que Marx tiene de la sociedad humana es la plena unidad esencial del hombre con la naturaleza;[1] pues la esencia humana de la naturaleza no existe más que para el hombre social, por ser el fundamento de su propia existencia,[2], pues la esencia “humana” del hombre se funde y convierte en naturaleza.[3] Siendo la autoconciencia una cualidad de la naturaleza humana, no la naturaleza humana de la autoconciencia.[4] Por lo que, cualquier actividad hecha por el hombre consciente de ser un ente social, lo hace para la sociedad a la que pertenece.[5] Y es a través de la cooperación o la competencia como el ser humano se relaciona.[6] Siendo la relación inmediata, natural y necesaria del hombre con el hombre, la relación del hombre con la mujer.[7] Ya que por el grado en que la mujer aparezca como simple objeto de placer y no como sujeto humano se puede juzgar el grado de humanización de una sociedad.[8] Pues para Marx la fraternidad de los hombres no es una frase, sino una verdad, y la nobleza del hombre brilla en los rostros endurecidos por el trabajo.[9]

Dentro del esquema de las sociedades piensa respecto a los países, que estos se pueblan no de una manera proporcional al número de habitantes que pueden vestir y alojar con sus producciones, sino en proporción al número de los que pueden alimentar.[10] Por eso considera que las naciones son sólo talleres de producción, el hombre es una máquina de consumir y producir; la vida humana es un capital; y que las leyes económicas rigen ciegamente al mundo.[11] Pues considera que, en la realización de un contrato social los hombres crean un poder que los domina, de tal modo que si toda sociedad es obra humana, las instituciones sociales, políticas, etc., se convierten necesariamente en poderes ajenos a los individuos.[12] Siendo el sistema capitalista, en donde el dinero triunfa, teniendo la consecuencia de que toda relación humana es reducida a relación de mercado.[13] Razón por la cual los intelectuales progresistas de los países subdesarrollados se ven siempre tentados e incluso obligados a ir más allá del modelo propuesto, a no limitarse a simples reformas, sino más bien a una revolución que, permita eliminar los males inherentes a la situación desarrollada, permitiéndoles dotarse de una estructura óptima;[14] por lo que Marx considera que sólo una revolución puede liberar a la humanidad de todos sus males;[15] siendo en este punto importante aclarar que no se refiere específicamente a la vía armada, sino más bien al mundo de las ideas que den origen a nuevas estructuras sociales, formas de organización y convivencia que permitan elevar la calidad de vida de la humanidad. Pues considera bárbara y romántica la actitud de quienes, por el sueño de un mundo mejor, están dispuestos a destruir este pobre mundo de que disponemos.[16]

Para Marx las únicas ruedas que la economía política pone en movimiento son la codicia y la guerra entre los codiciosos,[17] porqué el placer queda subordinado al capital y al individuo que goza subordinando al que capitaliza.[18] Y esto se da a razón de que a la civilización se le considera confort creciente, seguridad aumentada frente a la naturaleza –al menos para algunos–, pero para nadie es felicidad.[19] Porqué la propiedad privada nos ha hecho tan estúpidos y unilaterales que un objeto sólo es nuestro cuando lo tenemos;[20] además de que cuanto menos comas y bebas, cuantos menos licores compres, cuanto menos vayas al teatro, al baile, a la taberna, cuanto menos pienses, ames, teorices, cantes, pintes, esgrimas, etc., tanto más ahorras, tanto mayor se hace tu tesoro al que ni polillas ni derrumbe devoran, tu capital. Cuanto menos eres, cuanto menos exteriorizas tu vida, tanto más tienes, tanto mayor es tu vida enajenada y tanto más almacenas de tu esencia.[21] Por lo que considera que la situación social más favorable para el obrero, es aquella en la que la riqueza se da de manera creciente y progresiva.[22] Sin embargo para que el hombre piense de esta manera, ha sido necesario un largo proceso de enajenamiento en el cual los dueños de los capitales saben que es mucho más seguro dirigirse a su interés personal y convencerlos de que les beneficia a ellos mismos hacer lo que de ellos se espera. Pues, cuando se requiere de que el hombre haga algo, basta con dirigirse a su egoísmo; y nunca hablarle de nuestras necesidades, si no de su conveniencia.[23] Sin embargo es claro al decir que la enajenación no es un fenómeno exclusivo del capitalismo.[24]

Por lo que la solución que plantea es el modelo comunista, pues considera que el comunismo, finalmente, es la expresión positiva de la propiedad privada superada; es, en primer lugar, la propiedad privada general,[25] considerándolo la forma necesaria y el principio dinámico del próximo futuro, sin embargo aclara que el comunismo en sí no es la finalidad del desarrollo humano, es tan sólo la forma de la sociedad humana;[26] porqué la ve como la verdadera solución al conflicto entre el hombre y la naturaleza, entre el hombre y el hombre, además de la solución definitiva del litigio entre existencia y esencia, entre objetivación y autoafirmación, entre libertad y necesidad, entre individuo y género.[27] Por lo que para él, la transición del capitalismo al socialismo es inevitable y necesaria, pero en el sentido, de que es necesario para el pleno desarrollo del individuo; por ser la realización de la libertad y la felicidad que necesita el establecimiento de un orden en el cual los individuos asociados determinen la organización de sus vidas.[28]


Autor del Ensayo: M:.M:. Miguel A. Rodríguez F.




[1] MARX, C. H. Manuscritos economía y filosofía, p. 146.
[2] Ibid., p. 145.
[3] Ibid., p. 142.
[4] Ibid., p. 191.
[5] Ibid., p. 146.
[6] RUBIO, LL. F., Karl Heinrich Marx en Manuscritos económico y filosofía Marx C.H., p. 33.
[7] MARX, C. H. Manuscritos economía y filosofía, p. 142.
[8] RUBIO, LL. F., Karl Heinrich Marx en Manuscritos económico y filosofía Marx C.H., pp. 32-33.
[9] MARX, C. H. Manuscritos economía y filosofía, p. 165.
[10] Ibid., p. 92.
[11] Ibid., p. 83.
[12] RUBIO, LL. F., Karl Heinrich Marx en Manuscritos económico y filosofía Marx C.H., p. 35.
[13] Ibid., p. 39.
[14] RUBIO, LL. F., Karl Heinrich Marx en Manuscritos económico y filosofía Marx C.H., p. 9.
[15] Ibid., p. 10.
[16] Ibid., p. 41.
[17] MARX, C. H. Manuscritos economía y filosofía, p. 104.
[18] Ibid., p. 168.
[19] RUBIO, LL. F., Karl Heinrich Marx en Manuscritos económico y filosofía Marx C.H., p. 27.
[20] MARX, C. H. Manuscritos economía y filosofía, p. 148.
[21] Ibid., pp. 159-160.
[22] Ibid., p. 56.
[23] Ibid., p. 170.
[24] Ibid., p. 49,
[25] MARX, C. H. Manuscritos economía y filosofía, p. 140.
[26] Ibid., p. 156.
[27] Ibid., p. 143.
[28] RUBIO, LL. F., Karl Heinrich Marx en Manuscritos económico y filosofía Marx C.H., p. 26.

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1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

En lugar de Ibit (abreviado), que es propio para cuando no hay muchas citas repetidas, usa: Op cit, "opus citatum"/"opere citato", que significa "la obra citada/de la obra citada")
¡Adelante con mas ensallos!.

Saludos, Río de la Plata, Argentina

10:13 p. m.  

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